💬 La historia de Sara

'Ya desde pequeña sabía que algo estaba mal'

Bienvenida a la Newletter del Miércoles

En el día de hoy, queremos compartir contigo el caso de Sara, una paciente que hemos estado acompañando en su proceso de recomposición corporal y mejora de hábitos alimenticios.

Nos ha dado el permiso de contar su historia:

"Cuando tenía 15 años, pasó algo que me cambió radicalmente la vida (ahora puedo decirlo, ‘por suerte’) y la forma de pensar, diría incluso mi personalidad.

No entraré en los detalles, que cada uno se imagine lo que quiera imaginarse, pero a mis 15 años convencí a mi mejor amiga a llevarme a ver la granja de su tío cerca de Pontevedra.

Claro, en mi cabeza las vacas iban a estar felices pastando en el medio de zonas verdes, al aire libre, y yo quería acariciarlas y jugar con ellas.

En Galicia es muy común ver a vacas pastando al aire libre, solo que nunca me había acercado a una, y tenía ganas.

Efectivamente la de su tío era una granja, pero no la que imaginaba.

Las vacas no estaban libres ni nada de eso, y digo solo que me fui de allí corriendo y con una sensación desagradable en la boca del estomago. No digo más.

Esa experiencia fue tan impactante que aún puedo recordar el olor penetrante que emanaba de la granja, y aún me provoca náuseas.

Fue un punto de inflexión absoluto en mi vida, y decidí renunciar por completo a consumir carne. Comencé a investigar en internet y a ver videos en YouTube, aunque hace 10 años la información disponible era limitada y confusa. Las opciones en los supermercados también eran escasas.

A pesar de todo esto, decidí dejar de consumir carne, pescado y lácteos, aunque seguía comiendo huevos de nuestras gallinas, ya que vivíamos en el campo y mis padres tenían unas 3-4 gallinas.

Tuve la suerte de contar con el apoyo inicial de mis padres, aunque me sorprendió, dado que ellos consumían carne a diario.

Sin embargo, pasados dos años, comenzaron a preocuparse al notar que había perdido mucho peso (10 kg) y que me encontraba constantemente cansada, apática y con un rendimiento académico considerablemente inferior.

A pesar de todo, y de la insistencia de mis padres, continué con mi dieta vegana.

Sin embargo, con el tiempo, empecé a sentirme cada vez más sola y cuestionada, tanto por mis padres como por mis amigos, quienes compartían las mismas preocupaciones sobre mi salud y alimentación.

Llegó un día que cambió todo.

Mientras jugaba al baloncesto con mis amigos, comencé a sentirme mal, con sudores fríos y dolor de cabeza, hasta que finalmente perdí el conocimiento.

Fui llevada de urgencia al hospital, donde descubrieron múltiples deficiencias nutricionales, siendo las más graves la falta de vitamina D, vitamina B12 (a pesar de tomarla, no en la cantidad adecuada) y hierro.

Fue un momento de profunda reflexión.

Me di cuenta de que no era solo mi dieta, sino mi responsabilidad por no informarme lo suficiente sobre cómo llevar adecuadamente una alimentación vegana.

Decidí reintroducir la carne y el pescado en mi dieta, pero sabía que no era lo correcto, que algo estaba mal.

Necesitaba un ayuda.

Vendí algunos trastos y objetos que no usaba y busqué la ayuda de una nutricionista.

Desde la primera sesión con ella, mi perspectiva cambió por completo.

Aprendí mucho sobre nutrición y el funcionamiento del cuerpo humano, y finalmente comprendí cómo llevar una dieta equilibrada y saludable.

Aunque al principio mis padres estaban escépticos, con el tiempo vieron los resultados positivos y el cambio en mi salud y bienestar.

Estuve con mi nutricionista durante varios meses, hasta que adquirí los conocimientos necesarios para continuar por mi cuenta. Desde entonces, nunca más he vuelto a consumir alimentos de origen animal, incluso los huevos de nuestras gallinas.

Ahora estoy trabajando con una nueva nutricionista, Ruth, con el objetivo de aumentar mi peso y comenzar un entrenamiento de fuerza.

Estoy emocionada por seguir aprendiendo y creciendo con su ayuda.

Espero que mi historia pueda servir de inspiración para aquellos que, como yo, se aventuran en una dieta sin tener la información adecuada.

Recuerden que siempre es mejor buscar la orientación de profesionales de la salud en lugar de depender exclusivamente de internet.

Cada persona es única, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro.

Esta es la historia de Sara.

Hay muchas personas que han, o están pasando por su situación, y por esto creemos que estas experiencias pueden ser de ayuda.

Espero que esta newsletter, y este nuevo formato te haya gustado.

Cada miércoles compartiremos una historia nueva y interesante!

Y si te preocupa tu alimentación y quieres la opinión o la ayuda de un profesional de la salud, desde hoy puedes reservar una sesión gratuita con nuestra nutricionista Ruth, que te asesorará sobre tu alimentación.

Da igual si eres vegana, vegetariana o comes de todo.

Estoy seguro de que ella te podrá aclarar varias dudas!

Te dejo aquí el enlace al calendario de las reserva (marzo lo tenemos completo, pero hay huecos en abril).

Un saludo y nos vemos mañana con una nueva newsletter 😊

-Ana

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